Llegó a un pequeño pueblo y se
enteró que había una mujer que podía leer su destino. Quería saber;
deseaba conocer qué mundos posibles había para él. Tan afortunado, tan
poderoso, tan solo. Se ocupó de rastrear a esa mujer con su famoso
anillo. Estaba cansado pero no se iba a rendir. Se detuvo en un bar, y
junto a él se sentó una dama con pechos prominentes, gorda, bien
vestida.
—Se equivocó de asiento —dijo él, engreído.
—No me confundí —respondió firmemente ella—. Anoche soñé que me buscabas y que algo te iba a pasar.
—¡Ah! sí, justo a usted estaba buscando
—respondió y miró su impresionante anillo de cobras-. ¿Qué me puede
decir usted que yo no sepa? –preguntó.
Frau Frida lo miró y le dijo con convicción:
—Soñé con vos. Tenés que saber que sos responsable de tu propia fortuna, pero… ¡atención! algo te pasará.
—¿Qué me podría pasar? —preguntó intrigado el moreno, que tenía un peinado que parecía fijado con lengüetazos de vaca.
—En mi sueño vos encontrabas una flor envuelta en seda, adornada con diamantes.
—¿Será una nueva estrella para el circo? —preguntó intrigado, apelando a Frau Frida para aclarar esa afirmación ambigua.
—No. Vos, que logras siempre lo que te
propones, vas a conocer a alguien esta noche, que nada tiene que ver con
tu actual vida, que forma parte de un mundo que no conoces.
—¡Ja! Imposible –sonrió irónicamente–,
todas las mujeres que quiero las tengo. No necesito una, las tengo a
todas, sin importar la ciudad en la que esté.
—Pero esta mujer no es igual a las
otras, te obligará a replantear tu vida; te forzará a tramar lo más
maravilloso que una mujer jamás podría pensar.
—Descarto esa posibilidad, no tengo
tiempo para estar con una sola, no puedo estancarme –afirmó él, quien no
estaba dispuesto a abandonar su vida nómade, como lo hizo su padre.
—Claro que vos podrías evitar ese
camino, pero si tus pasos son precisos ella estará ahí y no sabrás cómo
conquistarla. Por más cosas que le compres, todos tus intentos serán en
vano y todos tus esfuerzos inútiles, si tu verdadero ser se vela detrás
de un disfraz y la arrogancia del dinero.
Confundido se levantó, pagó y se fue.
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Frau Frida, es un personaje de Me alquilo para soñar. El autor del cuento es Gabriel García Márquez.
Horacio Fortunato es el personaje principal de Regalo para una novia, de Isabel Allende.
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