jueves, 18 de febrero de 2010

Entre el esse tomista y el da-sein heideggeriano


Él no es partidario de la metafísica, pero debe responder a las exigencias de la academia, la cultura y a su proyecto de vida, aunque piensa que ya no sabe si proyectar porque el azar puede cambiar todo en un instante, ya que no cree en la Providencia ni en las Moiras. Sin embargo, se arriesga movido por diferentes motores inmóviles, que están ahí y que se constituyen como objetos de deseos (parafraseando a Aristóteles, pero nada que ver, bueno, meto fruta nomás…jaja). Busca ese preciado cartón que lo habilite a dar clases, sueña con conocer más diariamente y con construirse de una forma para que su amor perdido algún día lo vea como él dijo que quería ser.
–Mierda muchos deseos y un sólo sujeto para cumplirlo, aunque en metafísica no podemos hablar de sujeto –reflexionó.
Así, el hombre se sentó todas las tardes a abordar algún texto de Parménides, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino y a intentar desinteligibilizar a Hegel y Heidegger, Carpio(s) en mano, lo básico sumado un libro donde el docente de la UBA hace apología a la metafísica (Metafísica y libertad).
Luego de pensar y repensar definió que en el parcial de Metafísica iba a abordar el pase del sustancialismo al existencialismo planteado por Tomás de Aquino, según afirman los apuntes de cátedra –criterio por autoridad que debe acatar para avanzar.
Desde ahí, el audaz e insulso (como adjetivos de participación) ser-ente intentará ver qué posible relación hay entre Daisen de Heidegger y el esse de Tomás (párrafo atravesado por la lectura de la metafísica e incongruente con su forma de pensar).

El esse tomista y el paso del sustancialismo al existencialismo
Según el apunte de la cátedra Metafísica de la Diplomatura en Humanidades de la Universidad Nacional del Litoral, la irrupción tomista generó un cambio de centro de la metafísica: se pasó de una esencialista a una existencialista.
La esencialista centraba el problema de la existencia en la creación como sinónimo de existencia a una esencia de algún modo posible, por lo que la existencia aparecía como un agregado que le advenía a la esencia desde afuera, una acción de Dios (lo puso con mayúscula porque es parte del trabajo que entregó y que por criterio del docente estaría mal con minúscila, igual piensa que es un concepto y debería ir con minúsculas -aunque en metafísica se rechazaría la idea que eso es un concepto, porque es en sí, es lo que es : "Yo soy el que soy", habría afirmado dios ante Moises) que había decido pasar una esencia posible a un estado de efectividad por medio de la creación, por lo que el núcleo de la realidad era la esencia compuesta de materia y forma.
Por su parte, la existencialista que irrumpió con Tomás generó un cambio en el centro, ya que el principio primero y fundante de toda creatura es el acto de ser, esse o actus essendi, que constituiría la verdadera savia existencial de los entes.Así, el ser en Tomás de Aquino puso énfasis en el sentido verbal del es, priorizó la acción, en contraposición la postura Aristotélica que subrayaba el valor del sentido nominal, que ponía el acento en lo que.
“[…] la palabra ser, según vimos, es un infinitivo verbal que remite a algo o a alguien que ejerce la acción. En la distinción entre ser y ente, es el verbo el que le da sentido al sustantivo”1.
Según se explica en el texto, si bien el sentido verbal tiene más peso en la metafísica que el nominal, en la historia del pensamiento occidental se impuso el ente sobre el ser, por lo que se había perdido el significado primigenio. Según Heidegger y Gilson, la pérdida del ser sobre el ente se debió a dos razones: por las características de la estructura mental, ya que es más fácil pensar en el sentido nominal que en el puro acto y por el lenguaje conceptual de los pueblos occidentales, por lo que el concepto se adecuó al sentido nominal, pero no al acto.
La intuición es el camino al ser
Tomás buscó un camino metafísico distinto del conceptual, ya que cuando se enuncia ser se entiende de qué se habla, por lo que la vía de acercamiento al ser en el aquinate es la intuición. Esto demuestra que el ser no se puede conceptualizar, ya que no es un predicado que pueda atribuir a una cosa, pues implica la noción de lo existente.En contra posición según Kant la existencia no se puede atribuir, ya que no es un concepto. El autor alemán comprendió que el acto de ser no puede ser encerrado en el concepto, pero como no puede reconocer ni negar que en la cosa real haya algo que no esté en la cosa pensada, por lo que colocó la existencia en quien percibe, en el sujeto percipiente, donde la existencia es enlazar con otros en el campo de la percepción. Ésto es un problema según el apunte de cátedra, ya que se explica que:
“[…] El problema de algunos filósofos, es que ignoran como filósofos lo que reconocen como hombres: el hecho de que las cosas sean”2.
Esta sentencia, es sostenida con un punto de vista, donde se explica que si nos manejamos con conceptos y en ellos el es de las cosas no aparece, por lo que se hace una metafísica con las notas comunes de esas cosas, con su esencia; por lo que el pensar tendría en cuenta que las cosas son y no lo qué las cosas son. Esto produciría un estancamiento en el esencialismo o quididad y no al acto de ser de la cosa que implica la reflexión sobre la existencia:
“El camino del concepto nos deja en la oscuridad, porque nos aparta de la totalidad, ya que el acto de ser es irreductible al concepto, por el cual sólo advierto la esencia de la cosa”.
Tomás fue el primero en advertir la dificultad del acto de ser, por lo que todo acto de conocimiento concluye en dos tipos de intelección: la simple, que es la aprensión con la que se elabora el concepto y la compleja, que da el lugar al juicio que expresa la realidad que se compone de tres términos (concepto de sujeto, concepto de cópula y concepto predicado). Sin embargo, el acto de ser refiere a una acción que no puede ser expresada de otra manera que por los juicios de existencia, no se los puede conceptualizar, pero se los puede entender y comunicar, siendo un juicio el modo de expresión más perfecto que el concepto, porque él tiene una neutralidad existencial y se forma a partir de la realidad, en tanto el concepto no es capaz de comunicar el estar siendo de lo real.
Rescate y superación de la metafísica aristotélicaAl aquinate no sólo le interesa qué son las cosas, sino también porqué. Para Aristóteles el ente se explica por la esencia, en tanto en Tomás lo que definirá la realidad es el esse o acto de ser (actus essendi); el esse es prioritario para el ente, con respecto a la esencia.Este paso produce un cambio en la comprensión de la realidad –se pasó de la metafísica esencialista a la existencialista-, por lo que ahora se explica en virtud de lo que esta siendo.Para Tomás la sustancia es la unidad ontológica susceptible de definición y la definición expresaría la esencia y ésta es la sustancia expresada en la definición o lo que la definición dice de la sustancia. Consecuentemente, la sustancia, definición, esencia y quididad se constituyen como correspondientes. La sustancia remitiría a lo concreto, mientras que la esencia hace referencia al principio constitutivo de la sustancia. Así, la sustancia tiene un valor ontológico, la esencia tiene un valor ontológico y lógico y la definición y la quididad–que remite al qué es- tiene un valor lógico.La esencia es realidad antológicamente presente en todos los individuos de la especie y comporta tres principios: de realidad, porque constituye la sustancia; de inteligibilidad, porque profundizado en ella me dice lo que la sustancia es; y es universal, ya que todos los individuos de una misma especie la comparten. Por una operación mental de abstracción, podemos extraer la esencia de los individuos.La sustancia es en sí, pero no por sí, ya que sólo Dios es por sí. La sustancia es esencia que pude ser por sí sólo si recibe su propio esse, es decir si está actualizada por au actus essendi; es una unidad ontológica, a la vez e indivisiblemente de materia y forma, pero falta explicar qué es lo que hace que el ente sea.Para desarrollar la razón de la existencia de los entes, Tómas consideró necesario pasar el esse en primer lugar. Así, el ente se definiría como tal en función del acto de ser que esta ejerciendo, el ente es tal porque ejerce el acto de ser.Según se explica en el apunte, el objeto del conocimiento humano es el ente, pero una profundización metafísica permite observar que el ente es ente porque ejerce su acto de ser.Tomás también habla de forma como acto y subordina el acto de la forma al acto de ser. Acto y forma se diferencian, pues, acto es acto de ser, mientras que forma es un principio constitutivo del ser. En tanto en Aristóteles, acto y forma coinciden, porque el acto es sinónimo de perfección. En el griego el acto adquiere un sentido formal y en Tomás uno existencial.
La concepción tomista del ente: estructura ontológica de essentia y esseEl problema del ser en el contexto filosófico tomista se trata de la relación entre el Esse absoluto y la estructura entitativa de esencia y esse que participa del mismo. En la historia de la filosofía aparecieron tendencias que absolutizan la relación entre el Esse absoluto y la estructura entitativa de esencia y esse que participa del mismo: los monistas que afirman que sólo es el ser (Parmenides, los eleatas y Spinoza); los pluralistas que dicen que sólo existe lo múltiple, la realidad plural y diversificada (Antístenes y la escuela cínica); univocistas, que afirman que sólo existe la noción universal y abstracta de ente o ens commune (Duns Scoto); equivocistas que afirman que no existen los universales, ni como simples nociones mentales, sino solamente los singulaes entre los que rige un fenomenismo empirista (Guillermo de Ockham y el nominalismo); y ante todo esto, se presenta la ambiciosa síntesis de unidad en la pluralidad con Aristóteles, Tomás y Heidegger.El ser, como elemento unitivo de lo real es concretado en los entes y puede ser conocido de dos maneras: por los sentidos y por la inteligencia, que se armoniza en la abstracción definida por Aristóteles. Así, se puede elaborar la idea del ser pero no el concepto del ser; se tiene un primer conocimiento de él, al que se l puede llamar pre-científico y uno más elaborado sobre el que la metafísica basa toda su especulación.Las ciencias particulares tienen como objeto de conocimiento sectores de larealidad, captan la riqueza de los entes particulares, pero la metafísica toma a consideración del ser, no al ente o sector de la realidad, sino del ens qua ens:
“Al ser se puede acceder desde los ente, acceso propio del camino de la filosofía realista, o se puede establecer un concepto generalisimo de ser y desde él, realidad primaria, dimanar toda la diversidad, es decir, acomodar a dicha idea toda la realidad. Éste es el camino de la filosofía idealista, que elabora un pensar que mide al ser y exige que éste se adecue al pensar”3
En el realismo (Aristóteles y Tomás) el pensar se acomoda al ser: se va desde los entes al ser, se parte de la realidad inmediata que se impone. El contacto primario es con el particular sensible. Sin embargo en Aristóteles el modo indagación es lo real entitativo y en Tomás su connaturalizad es con la intelección del dato revelado, por lo que los entes entran en su especulación en tanto son la manifestación del poder creador de Dios, objeto primario de toda la reflección del aquinate. Toda la filosofía de Tomás pende de la intuición del esse, él fue el primero en explicitar que el elemento unitivo de lo real, aquello en lo que toda la realidad coincide es el acto de ser, acto en lo que todo participa del Esse divino.4 De allí derivó toda su especulación metafísica en torno a la composición de los entes, resultantes de dos principios constitutivos diferentes: essentia (esencia o modo de ser) y esse (acto de ser).Según se aclara en el apunte de cátedra, Tomás no tergiversó a Aristóteles en cuanto al concepto de metafísica, sino que lo completó, ya que amplió el campo de la metafísica y lo abrió a la teología, que se constituye como la coronación del saber humano.
I).-Apertura de la metafísica a partir del error de interpretación Tomás interpretó que en Aristóteles teología y metafísica se confundían, por lo que jerarquizó la metafísica donde reconoció dos partes: la que se ocupa del ente en tanto ente y los principios que le corresponden y la teología natural, que estudiaría la causa primera del ente en tanto ente, o sea, Dios.Aristóteles no conoció una causa absolutamente primera, sino que habló de cuatro, en tanto en Tomás sólo hay una: Dios, que se presenta como fin último de la metafísica, por lo que se abre a la teología como su parte más elevada, en cambio en Aristóteles el hombre se diviniza contemplando lo divino, pero su teología apenas es accesible y limitada. Los griegos pensaban que por el impero de la Moira nunca alcanzaría lo divino, en cambio en Tomás Dios es fin y es alcanzable, ya que él mismo habló y donó y en Aristóteles el motor inmóvil es indiferente al deseo humano.
II).-Composición del entePara Aristóteles la sustancia se compone de materia y forma, de aquello de lo que esta hecho, lo que hace que un ente sea lo que es y no se confunda con otra especie. El planteo de tomas es que la composición de materia y forma no basta, ya que es necesario entender que los entes son porque ejercen el acto de ser y, por lo tanto, todos los entes convienen en el esse y se distinguen entre sí por el modo en que lo ejercen, la esencia, por lo que los dos principios cosntitutivos de lo real son el esse (por lo que el ente es) y la essentia (lo que el ente es).La forma aristotélica es el último principio de inteligibilidad al que puede arribar un griego, por lo que es necesaria una metafísica de a creación para que sea posible la intuición tomista del esse, aquello que hace que el ente sea. El ente en Tomás se constituye por una doble composición: entitativa (esencia y esse) y esencial (materia y forma).El acto se independiza de forma, y a pesar que es inconceptualizable, permite la cognosibilidad de la esencia, que puede ser conocida porque esta siendo, por lo que del ente se puede conceptualizar la esencia pero nunca el acto de ser.
III).- Composición y distinción real Para Tomás la realidad es analógica por su diversidad; los entes tienen en común el acto de ser, pero la diversidad se da en el modo de ser, en la esencia.
Como el ente se compone de esencia y esse, es una composición real y metafísica que se da intra rem (dentro de la cosa) y no inter res (entre las cosas). La composición no es hablar de partes y no es conceptual, sino que se da en lo real concreto.
El término ser tiene tres acepciones: como quidad o naturaleza de la cosa; como acto mismo de la esencia y la verdad de la composición de los términos en las proposiciones el esse se llama cópula.

El Dasein heideggeriano: el ser-en-el-mundo
Jeje… estoy medio complicado con el Dasein (mañana creo que lo podré postear…para que se aburran un rato más)
Che, son post largos y aburridos, Juan afirmaría que no es propio para un blog, pero bueno... es lo que hay, lo que sale.

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